Al Público en general le han lavado el cerebro con una gran mentira respecto a las grasas, y además que las grasas dietéticas tienen el más mortífero final. Es más, la mentira se ha ampliado a todas las grasas, no sólo a unas pocas especies nocivas. Y es pertinente aclarar que la grasa pasa a ser un nutriente esencial, necesario para la salud y el bienestar de nuestro cuerpo y cerebro.
Es el tipo de grasa el que cuenta
A pesar de que nuestras cinturas están creciendo, muchas personas con sobrepeso están sufriendo de deficiencia de un ácido graso esencial (AGE). Esta deficiencia podría estar contribuyendo al aumento en el cáncer de mama, el trastorno por déficit de atención, depresión, diabetes, artritis, disfunción del sistema inmune, y mucho más.
Mediante la eliminación de todas las grasas de la dieta, de hecho muchas mujeres aumentan de peso, se sienten deprimidas, y sufren cambios de humor, irritabilidad, retención de líquidos y sensibilidad del seno.
Las grasas son esenciales
El acido graso esencial (AGE) se debe obtener de una fuente de alimento o suplemento. Son necesarios para la producción del grupo de sustancias químicas similares a las hormonas llamadas prostaglandinas, que son esenciales para el funcionamiento celular del cuerpo.
El funcionamiento de la prostaglandina es crítico en un organismo sano, la lucha contra una amplia variedad de condiciones y estimula el funcionamiento de los sistemas cardiovascular, nervioso reproductivo, inmunológico y central.
La evidencia sugiere que no hemos estado comiendo los tipos adecuados de grasas. Contrariamente a lo que la mayoría de nosotros hemos sido enseñados a creer (que el consumo de grasa te hará grasa), la suplementación con ácidos grasos esenciales ha demostrado una reducción significativa en el peso corporal y la grasa mediante la estimulación de la oxidación de la grasa. Claro ejemplo en mis pacientes, que bajan grandes cantidades de peso, a ellos les encarezco el consumo de ácidos grasos omega 3.
Los científicos y médicos especialistas en nutrición creen cada vez más que los bloques de construcción de la tasa metabólica por aumento de ácidos grasos esenciales influyen positivamente en la capacidad del cuerpo para quemar grasa.
El factor de saciedad
A medida que la fuente de energía es más concentrada en grasa, libera una hormona del estómago al cerebro, lo que indica un mensaje de saciedad. Sin ese mensaje, seguimos sintiendo hambre y descontentos después de una comida.
Al reducir o eliminar la grasa de tu dieta, tu cerebro no recibe un mensaje de saciedad y, mientras que tu estómago puede ser disecado, no se siente satisfecho. La comprensión de este proceso nos permite entender por qué las personas que hacen dietas bajas en grasas, a menudo se quejan de sentirse llenas, pero no satisfechas.
Los AGEs al Rescate
Cuando se agrega AGEs de nuevo en tu dieta, se habilita el cuerpo para enviar mensajes claros a tu cerebro. Entonces tu comes, y a la vez estas lleno y satisfecho. Dejas de comer hasta que tienes hambre otra vez. Es asi como se creó el cuerpo para funcionar y la única manera de mantener un peso saludable durante un período prolongado de tiempo.
Por supuesto, si tu consumes grandes cantidades de grasa sin tener en cuenta tus necesidades corporales, aumentarás de peso. Comer cantidades moderadas de grasas esenciales ayuda a desbloquear los bancos de almacenamiento de la grasa del cuerpo y comienza a convertir la grasa en energía. Teniendo cantidades moderadas de grasas saludables también estabiliza el azúcar en la sangre.
Como un nutriente de larga duración, la grasa se metaboliza lentamente y pueden mantener el apetito satisfecho por hasta 3-4 horas a la vez.
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