Tienen nueve hábitos que los lleva a tener una vida más larga, feliz y saludable. Con incluir seis de ellos en nuestro diario vivir, mejoraremos nuestra calidad de vida de manera sustancial. Cabe destacar que sólo tres factores están relacionados con el ejercicio y los otros seis con factores sociales. Por lo tanto “reunirse con gente activa y saludable hace más fácil que tu adquieras esos mismos hábitos”. Esto en coaching lo llamamos modelado de excelencia.
1. Muévete naturalmente:
Camina, cultiva un jardín, juega con los niños. Contra todo lo que se pueda pensar, nuestros cuerpos no están hechos para aguantar pesadas rutinas de gimnasio sino para realizar actividades de baja intensidad física, pero de manera continuada.
2. Para de Hacer Dietas:
Y come inteligentemente; Tu alimentación que este basada en grandes cantidades de vegetales cultivados localmente y no tanta proteína, al menos que sea vegetal. No tiene gran ciencia, requiere disciplinarse para generar, en nosotros y en la gente que queremos, otra forma de pensar la alimentación. Así que, consume vegetales frescos y locales, limita tu ingesta de carne, alimentos procesados, grasas y azúcares refinados. Toma agua fresca e infusiones de hierbas que estimulen tus órganos y los mantengan sanos. Lo he comentado en otros artículos y en mi libro “Un Hombre, Un Entrenador, Un Sueño.”
3. Toma vino tinto:
Una copa, una vez al día, cuatro veces por semana (aprox). Además de relajarte y ayudarte a sociabilizar, contiene suficientes antioxidantes para combatir el cáncer, reducir inflamaciones y bajar el colesterol. Yo recomiendo el Cabernet Sauvignon de Chile.
4. No comas hasta sentirte lleno:
Recientes estudios en animales revelan que quedarse con “ese pequeño huequito” estimula una hormona que combate el estrés y la depresión. Cuando estés satisfecho al 80% de tu capacidad estomacal, para de comer. Al cabo de unas semanas, comenzarás a ver los cambios en tu digestión.
5.Vigila el estrés:
Bájale al ritmo, medita, ora, toma un baño tranquilamente o practica un hobby. Busca la manera de simplificar tu vida, date tiempo para desconectarte del mundo por lo menos una vez al día. Dedica tiempo sólo para ti.
6. Levántate cada mañana por una razón:
Cual es tu propósito? tu misión?. Dale un sentido a tu vida. Si de pronto te falta inspiración, intégrate a una iglesia, una actividad comunitaria o de voluntariado, eso siempre ayuda a revalorar lo que tienes. Sobre todo, haz un trabajo que te guste; mantendrá alta tu autoestima, ayuda a reducir el estrés y a tu sistema inmunológico.
7.Practica el principio de asociación:
Dicen que todo se pega. Y es cierto. Rodearse de otras personas que también buscan mejorar su alimentación y su forma de vida, ayuda a sentirse apoyado y fortalece el sentido de pertenencia. Se ha comprobado que existe una relación biológica entre el contacto social y el funcionamiento equilibrado de nuestro cuerpo. Obviamente, no se trata de conectarse a una red virtual y tener mil amigos en facebook, sino de fortalecer el contacto humano.
8. Alimenta tu espíritu:
Segun recientes estudios en comportamiento humano y mi propia experiencia como terapeuta, la gente que se guía por valores espirituales y se siente parte de un plan mayor, presenta, entre otras ventajas físicas, un sistema inmunológico más fuerte. Te recomiendo seguir y aprender la palabra de Dios y realiza prácticas para tu crecimiento espiritual, como la meditación o la oración, ya que además de ser lo mejor que puedes hacer, aportan beneficios a la salud de manera integral.
9. Haz de la familia tu prioridad y mantén relaciones solidarias con los que te rodean:
En Estados Unidos, un padre invierte sólo diecinueve minutos al día en la crianza de sus hijos. Que esto no te pase a ti!. Coloca a tu familia por encima de otras prioridades, ve la forma de simplificar tu rutina, busca actividades que puedas hacer con tus hijos y, si es posible, con primos, tíos, sobrinos, etc. Involucra a los niños en actividades saludables y espirituales, es un gran comienzo para que ellos, a su vez, opten en adelante por una vida sana y llena de bendiciones.
Y aunque muchos hablan sobre cómo vivir más y mejor, todavía hay algunos que insisten en que no hay nada qué hacer porque “la genética es la que determina nuestra predisposición a las enfermedades”. No obstante, la ciencia ha confirmado que nuestros antecedentes genéticos sólo participan en el 25% de las causas de enfermedad, el resto tiene que ver con nuestra forma de alimentarnos, vivir, pensar y actuar.
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